Ramo de Boda

Se trata de una antigua costumbre que podría rastrearse hasta el antiguo Egipto. Las novias egipcias solían llevar hierbas de intenso aroma destinadas a ahuyentar los malos espíritus. Con el paso de los años, las hierbas fueron sustituidas por flores. Siglos más tarde esta tradición pudo haber sido importada a Europa allá en tiempos de las Cruzadas. La flor utilizada por aquel entonces era el azahar, flor que simbolizaba la pureza.

Actualmente la tradición marca que el ramo lo compre el novio y sea el padrino el encargado de entregarlo a la novia en casa de ésta justo antes de la ceremonia.

La costumbre nos dice que el lanzamiento del ramo de novia tras la boda predice la próxima boda. ¿De dónde surgió esta práctica? Bueno, ya en la Francia del siglo XIV apareció algo similar. Por aquel entonces se consideraba como símbolo de buena suerte las ligas que llevaba la novia, así que en ocasiones los invitados llegaban a correr tras ella para quitárselas, algo un tanto falto de modales. Para escapar a tales inconvenientes morales, la novia acabó lanzando voluntariamente una liga a los invitados. De ahí debió ir derivando poco a poco el lanzamiento del ramo.

¿Cómo se hace un ramo de novia?

Los ramos de novia han cambiado mucho a lo largo de la historia siguiendo las tendencias marcadas por la moda en cada momento.

Las rosas y las orquídeas constituyen la base para los ramos más clásicos, ya sea en bouquet, o en cascada. Hoy en día, por ejemplo, se realizan diseños más atrevidos sobre una pequeña estructura metálica o vegetal en los que es posible ver orquídeas combinadas con otras flores más pequeñas.

¿Qué se debe tener en cuenta al elegir un ramo de novia?

En primer lugar se debe contar con el consejo de expertos en el arte floral, no conviene dejarse guiar por fotos de ramos de novia aparecidas en cualquier revista. Lo ideal es que el ramo sea personalizado, adaptándose a cada novia. La personalidad de ésta va a ser un factor decisivo en el estilo del ramo elegido; ya sea un estilo más atrevido, ya sea sencillo y discreto.

La altura y complexión de la novia será igualmente un factor a tener en cuenta al elegir el ramo, y su voluminosidad. El tono de la piel, el color del pelo, el color de los ojos, e incluso el maquillaje elegido, se deben tener presentes mientras se seleccionan las flores, y sus coloraciones, que formarán el ramo de novia. Evidentemente el vestido también será un factor decisivo, sobre todo su voluminosidad. Hay que recordar que trajes con largas colas combinan a la perfección con ramos de un cierto volumen que tengan una cascada que compense el efecto visual de la cola. También la época del año en que se celebre el enlace tendrá su importancia pues nos marcará que flores son las que tendremos a nuestra disposición.

Lo más sencillo es encargar flores ‘de temporada’ en función de la época en que se celebre el enlace. Esto no significa que haya que renunciar a otras especies, en este caso la pareja necesitaría encargar un pedido especial o buscar esa variedad en ciertos viveros que la cultiven.

Cada flor tiene un significado diferente. Así, las rosas simbolizan el amor, las violetas azules la confianza, las gardenias la alegría y las orquídeas la belleza, por citar sólo algunos casos.

Las flores son capaces por sí solas de crear un paraíso de naturaleza durante la ceremonia. El mejor ejemplo lo tenemos en la iglesia o en el restaurante donde se va a celebrar. Para decorar bien el edificio eclesiástico hay que tener en cuenta su tamaño y estilo, no decoraremos igual una pequeña ermita de pueblo que una parroquia de estilo más moderno de una gran ciudad.

Lo primero que se debe hacer una vez concretada la fecha de la boda es preguntar al párroco la libertad que se tiene a la hora de flores en el templo y si se va a compartir iglesia con otras parejas. En este último caso las flores se pagarían a medias. Es necesario tener presente que las flores, si son de buena calidad, duran de cuatro a cinco días en función de la época del año.

Para una iglesia clásica es conveniente crear composiciones simétricas con una forma muy definida. Para romper la monotonía se pueden emplear distintos tamaños de flores. Se admiten igualmente trabajos más modernos colocados frente al altar, lugar principal del templo.
En lo que se refiere a los colores se recomiendan tonos luminosos y muy claros debido a que la mayoría de las iglesias suelen ser bastante oscuras.

Si la iglesia está en un pueblo o tiene muchos dorados puede aplicarse una combinación de flores multicolor.

Pese a todo, en las iglesias modernas también se pueden utilizar composiciones estilizadas con flores y colores de moda. Si el edificio tiene forma simétrica se puede compensar con composiciones que tengan mucho movimiento.

En el pórtico de la iglesia, los adornos florales lucen mucho y enmarcan la ceremonia. Otra forma de lograr un efecto bonito es decorar los bancos del pasillo central de la iglesia.

El encargo de la decoración flores debe encargarse con al menos 20 días de antelación.

En el restaurante las flores no suelen tener tanta importancia pero sí es habitual un pequeño ramo de